La pandemia por Covid-19 ha expuesto la fragilidad de los sistemas educativos, incluso de los considerados relativamente estables. Es crucial que la innovación y la creatividad estimuladas por esta crisis se aprovechen para hacer que los sistemas educativos sean más justos, inclusivos y resistentes. Con este artículo pretendemos ofrecer una visión más amplia sobre las posibles oportunidades de mejora en los ámbitos de los planes de estudio, los estudiantes, los profesores y los entornos educativos.
Mejorar los planes de estudio
El prolongado cierre de las escuelas debido a la crisis de COVID-19 ha transformado las relaciones de todos los involucrados (estudiantes, docentes y padres de familia), tanto con las escuelas como con el contenido del aprendizaje. Aunque algunos estudiantes continuaron su educación, muchos se vieron privados de oportunidades adecuadas para hacerlo y a menudo carecían de servicios y herramientas esenciales, como equipos tecnológicos o servicios de apoyo al aprendizaje. Por lo tanto, se hizo necesario establecer prioridades específicas y enfatizar algunas materias más que otras en los programas escolares.
No obstante, es importante tener en cuenta que muchos sistemas educativos ya habían renovado sus planes de estudio tras constatar que los alumnos rara vez eran capaces de transferir adecuadamente los conocimientos y habilidades adquiridos en la escuela a situaciones cotidianas. De hecho, el aprendizaje adquirido en la escuela rara vez se situaba en el contexto de las situaciones de la vida real, lo que alimentaba la idea de que la escuela es aburrida y anticuada. Numerosas organizaciones internacionales, entre ellas la OCDE, han pedido que se haga un esfuerzo para que la educación tenga más “sentido” mediante la renovación de los planes de estudio, que sean más estimulantes e interesantes para los alumnos.
Apoyar el aprendizaje independiente de los estudiantes
Gracias a una variedad de plataformas de educación a distancia, muchos estudiantes han podido continuar su educación. Sin embargo, muchas familias han tenido problemas para acceder a las tecnologías, y numerosos padres han tenido dificultades en cuanto a sus capacidades y disponibilidad para apoyar a sus hijos en su aprendizaje y en el uso de las tecnologías.
La experiencia de la educación a distancia durante la pandemia ha puesto sobre la mesa el aprendizaje independiente de los estudiantes. Mientras que los estudiantes estaban acostumbrados a ser supervisados, guiados y a tener un horario establecido para sus clases y sus tareas, incluidas las herramientas tecnológicas, el cierre de las escuelas les ha exigido ser más independientes en su aprendizaje.
Los planes de trabajo para hacer a los alumnos más independientes y responsables podrían ser un recurso útil, siempre que se adapten a cada alumno y a cada asignatura, y que se enseñe a los alumnos a utilizarlos. Además, los planes de trabajo como herramienta educativa podrían beneficiar el aprendizaje de los alumnos en circunstancias normales para fomentar el desarrollo del aprendizaje independiente, al animar a los alumnos a establecer sus propios objetivos y ejercer la autodisciplina, así como al darles cierto control sobre la elección de los métodos y herramientas utilizados para realizar las tareas. En cuanto a la evaluación, también sería pertinente que los planes de trabajo se integraran con enfoques educativos que apoyen el aprendizaje independiente, como las tareas basadas en proyectos o en problemas.
Mejorar las competencias digitales de los profesores
Dado que la educación a distancia se ha basado principalmente en el uso de tecnologías digitales como el correo electrónico, los cursos en línea y las plataformas para compartir documentos, la crisis ha puesto de manifiesto la necesidad de desarrollar la alfabetización digital de los profesores. Aunque el uso de herramientas digitales forma parte de las competencias profesionales que se esperan de los profesores y muchos de ellos ya las utilizan (por ejemplo, el vídeo), muchos profesores siguen careciendo de los conocimientos, las competencias y las herramientas necesarias para diseñar material didáctico en línea de calidad. Del mismo modo, muchos estudiantes no pueden utilizar las tecnologías de forma independiente. Por ello, durante la crisis los profesores han tenido que desempeñar el doble papel de formar a los alumnos sobre las tecnologías con las tecnologías.
La pandemia del COVID-19 ha traído consigo tanto retos como oportunidades para la educación. Dar prioridad a las oportunidades de una educación auténtica a través del plan de estudios, las prioridades de aprendizaje y los entornos de aprendizaje propuestos por los expertos en educación revela una dirección futura para la educación que podría explorarse más a fondo después de que los estudiantes vuelvan a la escuela.
